La aplicación de un modelo de Curación
de Contenido , por ejemplo el propuesto por Higgins
2008 (Content Curation), es una actividad necesaria frente a la enorme
cantidad de información a la que nos vemos expuestos desde la web. Los docentes
necesitan practicar esta dinámica que no es otra cosa que algo propio de la
revisión bibliográfica que comúnmente se debe realizar de forma analógica para
cualquier disciplina .
Para investigadores y docentes de
todos los niveles del sistema educativo , la búsqueda de información focalizada
en una temática de interés le es bastante familiar, o debería serlo. La base de
la curación de contenidos es exactamente esta, tamizar información relevante de
un tema que estamos necesitando. Estos “criterios” de selección de información
son justamente los núcleos centrales de la curación de contenido, que es útil ,
que no lo es y cuáles son las fuentes más adecuadas para ello.
Es justamente esta la dinámica
que debería ser compartida con los alumnos, para que ellos se apropien de una
técnica de selección y tamización de información que les permita apropiarse de
aquello que creen útil con los criterios necesarios que les permitan ser
críticos ante la información que están expuestos.
Claro , este “ser críticos” irá de la mano de la experiencia , esta tiene
que ver con su formación , el que estén habituados a tener que contrastar
fuentes y claro está a algo que no ocurre solamente en la escuela , a la
experiencia que nos da la vida.
Volvamos entonces a la Curación
de Contenido. Un emergente de la web actual son los PLE (Ambientes
Personales de Aprendizaje) , estos se construyen por afinidad , por
necesidad e interés, focalizando una red de contactos específica de la cual nos
nutrimos de información y con la que compartimos conocimientos disciplinares.
Un docente debería habituarse a la construcción de PLE, es como proponen
Castañeda y Adell (2010) una forma de aprender. Estos PLE poseen algunos “asistentes”
para su mejor funcionamiento o para facilitar la comunicación con nuestra red
de contactos. Primero las redes sociales, donde
nos “encontramos” para charlar, compartir, discutir, pedir ayuda entre
tantas cosas. Una de ellas, posiblemente la que más se adapta a la comunidad
académica sea Twitter
como lo explica Gretel Patch (2012) en su Blog. Luego la dinámica de tamizar
contenido para compartirlo en ella. Y aquí dos caminos. Uno: recibo , tamizo y
reciclo información y la comparto “Tuiteanto” de forma manual o Dos: utilizo
por ejemplo un robot. Hay varios sistemas automáticos para compartir en redes
sociales sin estar presentes todo el tiempo en ellas “Buffer” e “ IFTTT” son
ejemplos, estos facilitan la operatividad. Cuando tenemos tiempo y estamos
focalizados en el trabajo “Curamos Contenido” con todo lo que ello implica.
Muchas veces se tamiza mucho material junto, compartirlo de esta forma puede no
ser recomendable. Es como un Tsunami de información . Por ello disponer de un
sistema automático donde asigno el material a compartir con mi PLE de forma
dosificada parece útil.
Hay detractores de este sistema, Erika
Ayotte en
su post propone que esto puede ser similar a esparcir información sin
criterio alguno. La idea no es claro compartir cada trabajo que cae en nuestras
manos, la idea es compartir aquello que es significativo a los intereses de
nuestra red de contactos por interés. Seguramente al principio compartiremos
trabajos y producciones de terceros y poco a poco iremos dejando nuestra huella
digital en la web como propone David White (2011) con producciones propias.
Entonces usemos curadores automáticos o lo hagamos de forma manual , la
curación si debería estar asegurada por “criterios”,
elementos que aparecen como elementos centrales a practicar por parte de los
docentes y a desarrollar junto a los estudiantes.
Ezequiel Layana